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La historia más grande jamás contada, parte V: ¿Murió Jesús un viernes? ¿Y resucitó en domingo?

En esta nueva entrega de nuestra serie especial sobre la Semana Santa 2025, abordaremos una de las preguntas más comunes, pero también más significativas: ¿Cómo sabemos que Jesús murió un viernes?

Aunque muchos cristianos dan por sentada esta secuencia de eventos, es interesante ver cómo la respuesta se fundamenta en las Escrituras, la tradición judía y la estructura del calendario hebreo, el cual difiere en varios aspectos del calendario occidental actual.

“Murió por nuestros pecados... y resucitó al tercer día”

Uno de los testimonios más antiguos sobre la muerte y resurrección de Jesús lo encontramos en la Primera carta a los Corintios, escrita por el apóstol Pablo alrededor del año 55 d.C., apenas dos décadas después de los eventos pascuales. En ella, Pablo resume lo que él mismo recibió como enseñanza directa de la tradición cristiana primitiva:

Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. (1 Corintios 15:3-5, versión Reina-Valera, 1960)

Este “al tercer día” ha sido entendido desde entonces como una clave para reconstruir la cronología de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Y, como veremos, coincide con lo que relatan los Evangelios.

El primer día de la semana

En el Evangelio de Lucas, se narra con claridad el momento en que varias mujeres acuden al sepulcro:

“El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro […] y hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.”
(Lucas 24:1-3, Reina-Valera 1960)

Para el pueblo judío, el calendario semanal comenzaba en domingo (yom rishón) y culminaba en sábado (shabbat), el séptimo día consagrado al descanso. Por lo tanto, el “primer día de la semana” mencionado en Lucas corresponde a nuestro actual domingo.

De este modo, sabemos que la resurrección de Jesús ocurrió un domingo por la mañana. Y si, como dice Pablo, resucitó “al tercer día”, entonces su crucifixión debió ocurrir un viernes.

¿Qué significa “día de la preparación”?

Otro texto clave es el del Evangelio de Juan, que nos ofrece un detalle importante sobre el día en que Jesús fue crucificado:

“Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la Pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.”
(Juan 19:31, Reina-Valera 1960)

Aquí se menciona que el día de la crucifixión fue el “día de preparación”, expresión utilizada por los judíos para referirse al viernes. Era el día en que se hacían todos los preparativos necesarios antes del sábado, cuando no se permitía realizar ningún tipo de labor, según la Ley de Moisés.

Pero, además, este pasaje añade un matiz interesante: aquel sábado era un "sábado de gran solemnidad". Esto se debe a que coincidía con una de las grandes festividades ordenadas por la Ley: la Pascua judía. En el calendario litúrgico hebreo, existían festividades consideradas como “shabat” (días de descanso solemne), aunque no cayeran necesariamente en sábado. Pero cuando una fiesta como la Pascua coincidía con el sábado semanal, se le consideraba un "shabat doble" o "doblemente santo".

Una cronología plausible

Combinando estos elementos, podemos construir una cronología sólida y coherente:

  • Viernes (día de la preparación): Jesús es crucificado y muere alrededor de la hora novena (alrededor de las 3 de la tarde). Se le sepulta antes de la puesta del sol, cuando comenzaba el sábado.
  • Sábado (shabat solemne): El cuerpo de Jesús permanece en el sepulcro durante todo este día sagrado.
  • Domingo (primer día de la semana): Muy temprano en la mañana, las mujeres encuentran el sepulcro vacío. Jesús ha resucitado.

Así, la expresión “al tercer día” no debe entenderse como 72 horas exactas, sino como una manera semítica de contar los días:

  • Viernes (primer día)
  • Sábado (segundo día)
  • Domingo (tercer día)

La combinación de los relatos evangélicos, las cartas apostólicas y las costumbres judías nos permite afirmar con bastante certeza que Jesús murió un viernes y resucitó un domingo.